El viernes 11 de mayo volamos de Vadodara a Bombay para casarnos legalmente en el Consulado Español. El cónsul Antonio Bullón se portó monísimo con nosotros. Me regaló un ramo de flores y sacó champaña para que brindáramos después de la ceremonia.
Nuestras dos testigas de boda fueron las propias empleadas de visados del Consulado. Se llamaban Milagros Victoria y Ángeles, lo que yo tomé como un muy buen augurio.
El cónsul nos contó que le gustaba mucho oficiar matrimonios, pero que no lo hacía muy a menudo. En fin, que tuvimos una ceremonia corta, simpática y relajada.
Después de la ceremonia, nos fuimos Álex y yo a comer al restaurante Fénix del Hotel Oberoi. Primero nos tomamos algo en el bar del hotel y hablamos por teléfono con mi amiga Bhawana y los padres de Álex (era muy temprano para llamar a México) y luego ya comimos.
Aquí sale mi flamante esposo brindando por nosotros. ¡QUE VIVAN LOS NOVIOS!
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